viernes, 12 de diciembre de 2014

12 de diciembre de 2014

Querido diario, te cuento que hoy es el primer día de una nueva vida, o al menos eso creo. Han pasado tantas cosas que en realidad no sé si quiero compartirlas contigo o qué. Mi vida va a cambiar tan drásticamente que no sé ni qué contarte.
Primeramente, te cuento que en los últimos días recibí las notas de la universidad. Como ya me lo temía, no alcancé el promedio requerido y la universidad me suspendió. No puedo tomar clases el próximo semestre y si quisiera volver a entrar, tendría que sacar más de un 4.5 en el próximo semestre para poder continuar.
Te cuento también que hablé con mi papá acerca de este asunto. No sé cómo expresar la situación. Es dura. Por una parte me siento triste porque sé que todo esto no es justo con él y por otra parte quisiera mandarlo al carajo porque siempre estoy haciendo lo que él quiere y no lo que yo quiero. He visto lo mucho que mi papá se sacrifica por mi bienestar. Él, literalmente, se mata para que a mí no me haga falta nada. Por esta razón es que no puedo mandarlo al carajo. También creo que es culpa mía porque nuestra relación nunca a sido muy cercana, o muy íntima, y nunca he encontrado el momento para decirle qué es lo que yo quiero.
En fin, como te había contado en la entrada anterior, mi papá me va a conseguir un trabajo como ayudante de albañilería. Me parece injusto porque mi papá conoce muchísimas personas y sé que me podría conseguir algo mejor. Te comento que antes no le daba importancia al tema; siempre veía esto de trabajar (antes de graduarme y en estas condiciones) como una lejana posibilidad. Ahora que es algo tan real, me da miedo.
No sé qué más contarte. La situación desde la última entrada se resume en las anteriores líneas. Tendré que pensar en qué quiero estudiar; si debo seguir con la electrónica o si debo escojer otra carrera. Quizás me decida por la arquitectura; siempre me ha parecido interesante ese tema. Quizás también escriba más a menudo con tantos cambios que experimentaré. Algo que si quiero hacer, a modo de posdata, es agradecerle a la persona que comento la última entrada por haberse tomado el tiempo de leerme y de haber escrito todo lo que escribió. Y como siempre, me despido. Espero salir de este hoyo negro en el que me encuentro con la mano de Dios y de mi familia.

martes, 2 de diciembre de 2014

1 de diciembre de 2014

Querido diario, te cuento que me siento muy triste. En realidad no sé si será tristeza o qué pero lo único que quiero hacer es dormir y no levantarme nunca más. Te cuento que ya me encuentro en mi pueblo natal a pesar de que aún no he terminado el semestre. Aún me queda un trabajo por presentar.

Quiero contarte que los últimos días han sido muy difíciles. Estuve donde la psicóloga pero no sirvió de mucho. Estuvimos hablando y le conté que cada vez me siento más resignado. Tenía que sacar cierto promedio para que la universidad me renueve el cupo para el próximo semestre y no sé si alcance a obtener el promedio requerido. Ya llevo una materia perdida con la nota más baja y hay otra que, seguramente, también perderé. Quiero seguir estudiando pero ya no le veo sentido a volver a ver las mismas materias de siempre. No sé qué voy a hacer en caso de que no me pueda matricular. Quizá me toque trabajar como mecánico o como albañil porque mi papá trabajó hace mucho tiempo en eso y quiere que yo vea lo duro que es. Sinceramente no le veo problema a trabajar en esos oficios, me gusta mucho aprender cosas nuevas; lo que no me gusta es la idea de mi papá y mi mamá echándome en cara el hecho de que me dejé sacar de la universidad.

También te cuento que extraño a mis amigos, hace mucho tiempo no los veo. Quisiera estar con ellos aunque a veces siento que me ignoran. Supongo que puede ser algo normal debido a que somos un grupo muy grande (somos 18). También puede deberse a que muchos de ellos ya están a uno o dos semestres de graduarse y nunca tienen tiempo de salir a hacer algo divertido.

Te cuento que mientras hablaba con mi papá, me di cuenta que aún sigo siendo muy tímido, a pesar de que yo quiera pensar lo contrario. Realmente me es muy complicado conocer gente nueva que no tenga que ver con trabajos o con la misma universidad. Últimamente me he sentido inferior y me cuesta mirar a los ojos a toda la gente que mi papá me presenta.

En realidad quiero cambiar. Quiero ser alguien responsable, quiero ser alguien seguro de sí mismo, simplemente no sé cómo hacerlo. Quisiera hablar con mi papá pero no puedo porque el está en el hospital cuidando a mi abuela ya que ella está en estado de salud muy delicado. No sé si pueda hacerlo mañana ya que el tiene que trabajar y siempre anda súper ocupado. No intentaré hablar con mi mamá porque sé que no entendería la situación y porque terminaríamos discutiendo y terminaría peor de lo que estoy.

Por ahora no hay nada más para escribir. Me gustaría leer algo de apoyo, lo que sea. Esto es muy difícil. Sé que no terminaré quitándone la vida porque en realidad no vale la pena pero si puedo terminar haciéndome daño. Me despido, gracias por siempre permitirme expresarme libremente. Me iré a limpiar la almohada porque ya está llena de lágrimas y mocos.

domingo, 19 de octubre de 2014

18 de octubre de 2014

Querido diario, te cuento que terminé de ver, por milésima vez, Harry Potter y El Príncipe Mestizo. Tenía pensado ver las películas restantes de la saga pero decidí escribir esta entrada a éstas horas porque no quiero que se me vaya la inspiración. Te cuento que mi mente está un poco dispersa. Hoy pasaron muchas cosas que me es difícil asimilar tanta información.

Quisiera comenzar por contarte que el día de hoy estuvo magnífico. Pasé la mayor parte del día con mis amigos en un evento un poco extraño. Se trata de esos eventos parecidos al Comic-Con donde la gente se disfraza y se habla mucho de manga, animé y vídeo-juegos. A pesar de haber llegado tres horas tarde al encuentro, disfruté con todos y pasamos un rato ameno. Te cuento que compré varios artículos para mi colección personal de Puzzles y que tengo nuevos contactos con los que puedo compartir mi Hobby favorito.

Te cuento también que ésta entrada tiene un propósito, reflexionar sobre alguien y ese alguien es una amiga. La conozco desde hace un año y medio, creo; cuando conocí a mi grupo actual de amigos. Desde que la conocí, siempre ha generado algo en mí pero nunca he pensado, ni intentado, algo serio con ella por diversas circunstancias. Hoy, en la feria, alcanzamos a compartir un tiempo a solas porque el grupo con el que veníamos se nos perdió. Cuando nos dimos cuenta de que era imposible encontrar a los demás, nos pusimos a recorrer el poco de la feria que nos hacía falta ver. Al finalizar, ella sugirió irnos de aquel lugar y tomar un taxi para desplazarnos a nuestras respectivas casas.

Te cuento que decidí acompañarla hasta la casa. Originalmente, pensaba bajarme en mi casa, que queda a medio camino entre la feria y la casa de ella, pero decidí quedarme con ella porque le daba pánico quedarse sola en el taxi la otra mitad del trayecto. En el recorrido de vuelta, fue imposible no seguir pensando en ella.

Como te conté, desde siempre, ella ha generado algo en mí. No es como la chica de mis sueños, con 1.80m de altura y con cuerpazo de modelo; pero ¿sabes?, tiene unos ojos muy bonitos, es una genio y lo que es mejor, es real. Asimismo, tiene una forma de ser tan diferente a las demás mujeres que a veces es desconcertante. Muchos de mis amigos dicen que está loca pero, pues, no me importa mucho porque eso es lo que hace que ella sea única.

Quizá sea ésto, lo anterior, lo que me asusta, lo que me confunde. No es una simple muchacha a la que se le pueda llegar con una simple Pick Up Line sino que es alguien a quién hay que dedicarle mucho tiempo. No sé qué hacer. Y ¡agh! me iré a dormir. Lamento éste final tan malo, y la redacción, y todo, pero me duele la cabeza por la falta de sueño. Llevo 4 días durmiendo sólo 2 horas diarias y no puedo permitirme enfermarme de nuevo. Espero volver a escribirte pronto.

martes, 14 de octubre de 2014

14 de octubre de 2014

Querido diario, escribirte se me hace ya algo extraño. No es como al principio cuando te escribía todos los días. Te cuento que éstos últimos días han sido normales. Aunque han pasado muchas cosas, todo sigue su curso rutinario y no ha ocurrido algo que sea digno de recordar.

Te cuento que me siento resignado frente al tema académico. En todas mis materias voy mal, pésimo, y llevo ya cinco parciales sin presentar. También te cuento que me siento un poco triste por mis compañeros de grupo porque no es justo con ellos. Los trabajos que he presentado han tenido buena nota pero han sido mediocridad pura. También te comento que me encuentro un poco atrasado con mis trabajos. Recuerdo que debo hacer dos informes de laboratorio para mañana. Recuerdo que también debo montar un servidor FTP con Ubuntu Server mediante una máquina virtual para antes de la media noche. Y si no me falla la memoria, debo... No, no sé que más debo hacer. Estoy grave.

No sé que más escribirte. Quizá recuerdes mi problema de salud. Te cuento que en mi última visita a mi pueblo natal, me realicé un examen de sangre para ver como progresaba la enfermedad. Me siento feliz porque nuevamente estoy sano, los niveles de azúcar en la sangre ya están dentro del rango establecido. También te cuento que planeo volver mañana al gimnasio. Desde el semestre pasado, cada noche antes de dormir, he estado haciendo varias series de flexiones de pecho y de abdominales. Los resultados no se observan directamente pero sí se sienten. Quizá si continúo así, en unos cuatro o cinco meses ya tenga los músculos con forma definida.

Siento mucho no escribirte más. A lo largo de día pienso en muchas cosas que podría consignar acá pero que, lamentablemente, se me olvidan cuando las estoy escribiendo. También hay muchas otras cosas que quisiera escribir pero no encuentro el espacio para ello. Para ser sincero, ésta entrada me parece extraña. Me da la impresión de que hay muchos conectores y palabras repetidas, al igual que hay muchas muletillas. Me despido, y como siempre, dejaré ésto hasta acá y me retiraré lentamente. 

domingo, 28 de septiembre de 2014

28 de septiembre de 2014

Querido diario, me siento abrumado. Publiqué en algunas páginas de Facebook el link del Blog y la respuesta de la gente ha sido más de lo que imaginaba. En dos días, ya he tenido más de tres mil visitas. Cuando publiqué los links, sólo esperaba que unas 400 personas entraran al Blog, para de ésta manera, llegar al millar de visitas. No sé de dónde salieron tantas personas. La verdad es que me da susto. Con tanta gente, ¿que tal alguien me reconozca? No sé, me da cosita pensar en el asunto.

Te cuento que decidí publicar el link en Facebook porque ya estaba cansado de enviar cosas a la página de confesiones de la universidad en vez de escribirlas acá. Cuando escribo acá, es muy poca la gente que comenta. Como te conté antes, me gustaría tener más feedback para así, poder poner en práctica los consejos de los lectores. 

Como para cambiar de tema, te cuento que hoy se terminó el break de otoño. Como te imaginarás, no hice nada. Tenía planeado adelantar varios trabajos de la U y comerme unas frutas que ya llevaban como medio mes en el escritorio, pero como te lo manifesté antes, no hice nada. Ni de lo uno, ni le lo otro. Lo único productivo fue el viaje que hice a mi pueblo natal, para saludar a mi familia.

Hay tanto por contar que no sé ni que más escribir. Quisiera contarte que como hoy era el último día del break, tuve que volver a la cuidad donde hago mis estudios. Mis papás me acompañaron en el viaje de regreso. También comimos en el restaurante asiático más conocido de la cuidad y vimos una película llamada Lucy, que a pesar de ser tan poco realista, me gustó mucho. Te cuento que cuando estábamos comiendo helado, me dí cuenta de lo desagradecido que soy. Mi vida a sido cómoda y nunca me ha faltado nada pero aún así dejo que la comida se eche a perder y siempre me quejo de que ando sin dinero. Quizá, después de todo, sólo sea un niño rico más...

Creo que dejaré ésto hasta acá. La última frase del último párrafo me dejó pensativo, de veras que tengo que encarrilar de nuevo mi vida. No puedo dejar que la pereza arruine mi vida. Iré a terminar todo lo que no hice la semana pasada. Me retiro, esperando que la procrastinación no me dañe éste repentino momento de motivación.


sábado, 13 de septiembre de 2014

13 de septiembre de 2014

Querido diario, han pasado tantas cosas que no sé cómo comenzar. Decidí escribir hoy porque en las estadísticas del Blog aparece cómo si alguien estuviera entrando todos los días, casi siempre a la misma hora. No sé si sea una de las muchachas que comentaron hace poco por acá o si sea alguien más.

Te cuento también que me siento culpable porque me siento más fresco que una lechuga a pesar de no haber estudiado ni hecho ningún trabajo de la universidad como en dos semanas. Te cuento también que dejé de hablar con la muchacha de las entradas anteriores. Pasó el día del almuerzo y nunca más le volví a escribir. Y, también te cuento que ya tengo celular nuevo aunque salió un poco más costoso de lo esperado.

Como te podrás dar cuenta, esta entrada es de carrera. Me de pereza ponerme a corregir la redacción así que dejaré esto como está y me retiraré lentamente. Espero volver a escribir pronto pero me conozco y sé que pasarán varias semanas antes de una nueva entrada.

viernes, 5 de septiembre de 2014

5 de septiembre de 2014

Querido diario, han pasado siglos desde la última vez que escribí por acá. Han pasado tantas cosas... Te cuento que finalmente pude almorzar con la muchacha de la que había estado hablando últimamente. Fue muy emocionante y a la vez muy raro. Hablamos de todo y me contó algunos secretos, no sé si era porque también le había contado algunas cosas mías. Y aunque hemos hablado un poco de veces, pienso dejar las cosas así. No pienso involucrarme con ella.

Te cuento también que ando sin plata. Sólo tengo el equivalente a 25 dólares para lo que queda de esta semana y la próxima. Quería comprar un celular nuevo porque a uno de los que tengo ahora le está fallando, más de lo normal, la batería. Te cuento que me encuentro muy ansioso por la llegada del celular porque hace mucho no cambiaba de equipo y porque es un muy buen celular, más de lo que esperaba conseguir con 250 dólares americanos.

Algo curioso que también me pasado los últimos días es qué el Blog ya tiene nuevos comentarios. Son pocos y son de la misma persona pero "algo es algo". Me gustaría que alguien más comentara y quizá es por eso que últimamente he estado mandando muchas publicaciones a la página de confesiones de la universidad, porque allá consigo más feedback que acá.

También te cuento que me encuentro preocupado por la universidad. No he presentado miles de trabajos y también dejé de presentar un parcial, que se suponía, era para la casa. Yo sé, soy un sin vergüenza sin remedio. Lo único que he hecho desde que comenzó el semestre es leer los libros de Canción de Hielo y Fuego. Ayer comencé el primer tomo del tercer libro.

Y, pues sí. Eso es todo. Esta es de las pocas entradas que escribo en este estilo y me da miedo porque si uno de mis amigos la leyera, inmediatamente sabría que se trata de mí. No creo que me acueste a dormir, a pesar de haber pasado la noche en vela haciendo un informe de laboratorio, porque ya son las seis de la mañana y más tarde tengo clase. Quizá por la tarde sí duerma. Si no me da pereza, en los próximos días te lo haré saber.

domingo, 3 de agosto de 2014

2 de agosto de 2014

Querido diario. Te cuento que pensaba irme a dormir pero que primero decidí pasar a escribir un poco por acá. De hecho, no sé ni por qué lo estoy haciendo. Estaba pensando escribirle a Sofía*, la chica de la que te conté antes, pero supongo que ya está un poco tarde. El día que hablamos por primera vez, le escribí como a la 1am. No me pareció importante ese día porque nunca antes habíamos hablado pero supongo que ahora es diferente, me imagino que ahora debería haber un poco más de confianza entre los dos para que venga y le escriba a estas horas.

Te cuento que el día de hoy no hice nada y me siento mal por ello; y me refiero a hacer algo productivo. Hoy pasé todo el día viendo la última temporada de Game of Thrones. Aunque esta semana no me dejaron ningún trabajo, lo cual me parece muy extraño, si me toca leer muchas lecturas. Hasta el momento no he leído absolutamente nada. También tenía que haberle enviado un correo a unos manes para hacerles saber que yo soy su compañero de grupo y sí, no les he enviado nada.

A veces pienso que mi pereza me va a matar. Y es cierto, me diagnosticaron hipoglucemia debido a que no tengo una dieta balanceada. Si no dejo de ser una persona perezosa, pronto estaré fuera de la universidad y con un problema de salud muy grave. Me parece muy grave que cosas como estas sean el resultado de querer aplazar las cosas y no querer asumir responsabilidades.

Bueno, creo que ya escribí mucho. Recuerdo que la psicóloga me digo que escribiera todo lo que hacía al día a papel y lápiz. Por lo visto no le he hecho mucho caso. Ella quería que fuera a lápiz porque borrar algo requería más trabajo que si fuera en computador. Dijo también que llegaría un momento en el que me cansaría de siempre escribir las mismas cosas, de escribir que era un irresponsable, y que algún día cambiaría mi actitud. No veo mucha diferencia con hacerlo en computador pero si ella lo decía, será por algo. Ahora sí me despido. Mañana iré a la iglesia y espero que no se me haga tarde.

jueves, 31 de julio de 2014

30 de julio de 2014

Querido diario, me siento supremamente ansioso. ¡No sé que hacer! Hace poco te conté que había quedado de salir a almorzar con una niña con la que estuve hablando hace unas noches. Te cuento que reuní el valor para hablarle y, pues, todo transcurrió con normalidad. Cuando le pregunté que si le gustaría que nos reuniéramos al otro día, me sacó una excusa. No sé si sería verdad o si sólo era que no quería verse conmigo. La noche que estuvimos hablando me contó sus problemas, los cuales son demasiado graves, y por esa razón creo que es qué me dijo que no. A decir verdad, en su lugar también me hubiera dado esa misma respuesta debido a la gravedad de los problemas que afrenta ella.

Te cuento que no me la puedo sacar de la cabeza. La conversación que tuvimos fluyó de una manera tan natural que parecía que ya nos hubiéramos visto. Me identifiqué mucho con ella porque compartimos algunos de nuestros problemas. No quiero (y no puedo) ilusionarme porque aún no la conozco y porque sólo nos hemos comunicado por chat. No niego que me gustaría ayudarla porque se ve que es una persona muy especial y lo que le está sucediendo no es justo con ella.

Siento que esta entrada está un poco desorganizada pero es de las pocas que he escrito casi sin tener que releer mucho las oraciones. Además la hago para liberar mi ansiedad, es como hacer catarsis. No sé si ella lea esto, si por acaso lo llega a leer... bueno, no sé que piense de esto que está leyendo. Lo digo porque ella es la única que sabe quién soy. Nos conocimos porque le envíe un link desde un perfil de FB sin nombre y le pedí que leyera mi blog. Ella me respondió diciéndome que no había escrito los cuatro sueños simultáneos que tuve unos meses atrás. Así fue como comenzó la conversación. Cuando me dijo que ya estaba cansada, fue cuando le pregunté acerca del almuerzo. Cómo me había dicho que sí, la añadí a mi FB personal para podernos comunicar mejor.

Ahora, después de esta historia tan enredada, sí me despido.

lunes, 28 de julio de 2014

28 de julio de 2014

Querido diario, quería escribir una nueva entrada pero no sé sobre qué. Te cuento que hoy volví a entrar a la universidad. Mis clases fueron lo más normal del mundo y en una de ellas casi me quedo dormido. Es el colmo porque hasta ahora es el primer día; no quiero que la pereza me vuelva a ganar la batalla. Te cuento que en una de mis clases el profesor preguntó acerca de en qué éramos los mejores. Recuerdo que un man dijo que era bueno perdiendo el tiempo. En mi cabeza me reí porque, lamentablemente, yo le hubiera podido ganar por mucho.

Te cuento que en este momento no tengo nada más que hacer. Quisiera ponerme a ver una película o a ver una serie pero no puedo porque la ansiedad no me deja. A pesar de que no tengo ningún trabajo pendiente, no puedo dejar de sentir una gota de remordimiento. Tengo ansiedad y desespero también porque no me he decidido a volver a hablar con una persona con la que unas noches atrás tuve una buena conversación. La verdad es que me pareció muy interesante. Al final le pedí que saliera a almorzar conmigo y aceptó; el problema es que no cuadramos una fecha concreta. Me da pena escribirle porque me siento como un intenso. Sé que nunca antes habíamos hablado y que escribirle es perfectamente normal pero no puedo dejar de sentirme como un intenso.

A veces me pongo a pensar por qué seré tan tímido e inseguro. Cuando estamos en clase y se acerca mi turno de decir mi nombre y la carrera que estudio, me entra la tembladera y me empiezan a sudar las manos. Igual cuando estoy frente a la chica que me gusta, la lengua se me traba y las palabras salen cortadas.

Creo que por ahora dejaré esto así. Esta es una entrada rara porque no la estoy escribiendo a la madrugada. Miraré si puedo reunir el valor necesario para escribirle a esta persona y trataré de acostarme temprano. 

viernes, 25 de julio de 2014

25 de julio de 2014

Querido diario, me siento triste. He decepcionado a todo el mundo; a mis papás, a mis amigos, a todos. No sé que hacer. Aparte de que perdí casi todas las materias del semestre, también perdí la del curso que se hace en vacaciones. He botado mucha plata y le he mentido a mis amigos. Todo es muy triste. En unos días vuelvo a entrar a la universidad y te cuento que me siento perdido. No sé si pueda subir el promedio.

Lamento la entrada tan corta. Sólo quería volver a escribir por acá. Quizás después vuelva a escribir por acá para contarte con más detalles toda la historia del semestre y las vacaciones. Por ahora, hasta mañana.

sábado, 3 de mayo de 2014

3 de mayo de 2014

Querido diario, no sé cómo comenzar esta entrada. En los últimos cinco días no he hecho nada productivo. Ahora estoy en mi cama, todavía con la pijama puesta, y de fondo suena This Is What It Feels Like, de Armin Van Buuren. Me siento mal porque no he estudiado absolutamente nada. Ayer tuve un parcial y estoy preocupado porque no respondí nada, lo dejé en blanco.

Estos últimos días han sido devastadores. Me he sentido muy solo. He ido a la universidad y me he encontrado con mis amigos pero aun así me he sentido solo. Siento que la depresión ha llegado. Me siento mal porque solo he dormido y visto películas en vez de estar estudiando. 

Te cuento que estoy preocupado porque sé que necesito ayuda psicológica pero no la he buscado. La noche anterior al parcial me sentía perdido, no sabía nada del tema. Estaba buscando una excusa para no presentar el examen. Me asusta saber que pensé botarme de las escaleras para troncharme un pie o para romperme un hueso. También me asusta saber pensé tomarme varias pastillas y que pensé comerme una fruta picha que hay en mi armario. 

Por ahora te cuento que no hay nada más que escribir. Mi próxima entrada será sobre unos sueños que tuve anoche. Creo que nunca había cuatro sueños seguidos y con temáticas tan diferentes. Los escribiré porque no quiero que se me olviden, además porque todos mis sueños los tengo escritos para, en el futuro, poder hacer un libro. 

lunes, 7 de abril de 2014

6 de abril de 2014

Querido diario. Pareciera que se me olvidó volver a escribir por acá pero no, no se me ha olvidado. Estos días no han tenido nada de interesante. Llevo casi tres o cuatro días sin salir de la casa y casi no he preparado nada de comer, no me explico como es que no me he muerto de hambre.

Te cuento que en estos días me he sentido culpable. No he estudiando nada y he perdido todo mi tiempo. Solo he visto capítulos de varias series y unas cuantas películas. Me siento mal con mi papá cada vez que me llama porque sé que esto no es justo con él.

Ya que no hay nada interesante, dejaré esto hasta acá. Creo que hoy no dormiré porque mañana tengo clase muy temprano y me da miedo quedarme dormido. Si mal no recuerdo, el día que escribí la entrada anterior a esta, me quedé charlando con alguien hasta la madrugada. Me disponía a levantarme pero no sé qué pasó y me quedé dormido. Ese día me desperté a la 1pm. Espero que esto no me suceda mañana porque, a decir verdad, ya me ha sucedido varias veces en el semestre.

jueves, 3 de abril de 2014

2 de abril de 2014

Querido diario, son como las cuatro de la mañana y no he hecho absolutamente nada. Me quedé chateando con alguien y se me pasó el tiempo. Te cuento que el día hoy, de ayer, como sea, tuvo muchos contrastes. Te cuento que el día en sí estuvo muy bonito. Hice cosas más o menos productivas y mejoré mi estado de ánimo. Te cuento que no entiendo cómo es que yo funciono. Hay días en los que me quiero matar y otros en los que quiero besar y abrazar a todo el mundo.

Te cuento que por la mañana me levanté de mal genio. No sé que tenía, pero sentía rabia. Tenía clase de siete pero me levanté las 6:30. Hice un montón de pereza porque no quería enfrentar la realidad. Después de haberme levantado, me bañé y me alisté para salir. No desayuné porque nunca lo hago. Cuando salí de mi casa sentía rabia, llevaba fruncido el ceño. En mi mente solo pensaba en Dios, para que me quitara ese estado de ánimo. Estaba que me explotaba de tanta piedra que tenía que casi madreo a un tipo que pasó a mi lado. Mientras caminaba hacia Trasmilenio vi un graffiti que me pareció curioso. Como soy muy ciego me tuve que acercar un poco a la pared para verlo más detalladamente. Vaya sorpresa cuando veo que el famoso graffiti decía: "Dios te bendiga". Casi se me escurren las lágrimas al ver lo que estaba escrito en el muro. Tuve que seguir caminado y hacer mucha fuerza para no dejar fluir las lágrimas y para desatar el nudo que tenía en la garganta. Después de mil travesías en Transmi, te cuento que llegué a la U a las 7:35. Pensé no ir a clase pero igual me aparecí en el salón porque el profesor siempre toma asistencia.

El día transcurrió normal. Tuve mis clases, perdí tiempo en los huecos, gasté plata a manos llenas... en fin, un día como cualquier otro. Fui a almorzar con dos buenos amigos míos y luego hice algunos trabajos. Y como siempre, salí de la universidad a las 8:30pm. Al llegar a casa me dispuse a revisar mis redes sociales. Tengo un perfil extremadamente falso que alguien me pasó desde el cual se mandan las confesiones de las que hablé en una entrada anterior y desde el cual me comuniqué con alguien que le había pedido mi perfil al administrador de la página. Luego de un poco de charla innecesaria acerca de acuerdos de confidencialidad y todas esas cosas, le mandé la solicitud de amistad en Facebook. Hablamos un poco sobre todo y quedamos de reunirnos la próxima semana en la universidad. Te cuento que esta persona me quedó gustando. Estudia algo totalmente opuesto a lo mio pero eso no impidió que conectáramos en varios puntos de vista.

Te cuento que el día de hoy estuvo cargado con más interacciones sociales de las necesarias. Hablé con mucha gente y cambié muchas fichas repetidas que tengo para el álbum del mundial, hablé con más personas para cuadrar planes que tengo pensados ejecutar el domingo por la noche y aparte compartí un poco de mi vida con esta persona que te mencioné antes.

Creo que dejaré esto hasta acá y me retiraré lentamente. Da la impresión de que la entrada ya está lo suficientemente larga como para seguir escribiendo más. Alguien, hoy, me dijo que le parecía cómico que yo prometiera una entrada pero que no escribiera nada al otro día. Bueno, no sé que pensar, cada quien con sus cuentos, aunque agradezco las demás palabras que me dijo.

miércoles, 2 de abril de 2014

Nota

Lamento las faltas de ortografía que hay en mis post pasados. Las podría corregir pero las dejaré así como están, no solo porque en la vida real tenemos que vivir con el producto de nuestras decisiones sino porque también me gusta ver como mi redacción y ortografía han cambiado.

1 de abril de 2014

Querido diario, decidí volver a escribir por acá no porque quiera o porque tenga tiempo sino para poder desahogarme y porque me ayuda a establecer mis prioridades. Tengo tantas cosas metidas en la cabeza que no sé en realidad que es lo que siento. Me siento mal porque toda mi vida académica se fue al carajo. Retiré varias materias y tengo varios parciales con muy mala nota.

Estoy pensando mandarle el link de este Blog a alguien para que lo publique pero me da miedo que la gente me reconozca y se de cuenta de quién es el que escribe. No quisiera que la gente supiera quién soy yo, no solo por lo que he escrito antes sino porque es algo demasiado personal. La razón por lo que quisiera publicarlo es porque quisiera que alguien comentara, solo eso. Visitas no hacen falta pero me entristece que nadie comente.

Te cuento que hace poco mandé un escrito a la página de confesiones de la universidad. Cambié un poco el lenguaje que utilizo porque no quería que la gente me reconociera y también exageré un poco las cosas. A decir verdad, si mis amigos leyeran lo que escribí, sabrían que la persona detrás de esa confesión era yo. Hay varias personas que he visto que comentan en ese tipo de post, los depresivos y de gente que se quiere matar, y me han dado ganas de hablar con ellos pero no me siento preparado. Me da pena y vergüenza que me conozcan. No he ido a hablar con alguna psicóloga de la universidad porque, sinceramente, se me había olvidado que existían. Igual, no creo que vaya porque las anteriores veces que he ido, he sentido que perdí mi tiempo y que todo lo que me dijeron no me iba a ayudar. Sí, hay cosas que si me sirvieron pero pues, en general, todo dio la misma porque sigo igual que antes. Vi por ahí un comentario de una persona que decía que de nada servía la ayuda psicológica si yo no ponía de mi parte y eso es precisamente todo lo que este tiempo he tratado de hacer, solo que no sé por donde empezar o que hacer. Me hace falta motivación, ganas y amor por lo que hago. Me encanta mi carrera pero no siento las ganas de estudiar. Realmente no sé que hacer, no quiero decepcionar a mi familia y no quiero que mi futuro sea estar botado en la calle.

No sé si dejar esto hasta acá o si escribir algo más. Supongo que solo quería expresar lo que siento. No sé si mañana vuelva a escribir por acá porque me conozco bien y sé que no voy a cumplir las cosas que me propongo. Solo espero que el día de mañana no traiga más depresión y espero que suceda un milagro para poder volverme más responsable.

sábado, 8 de febrero de 2014

7 de febrero de 2014

Querido diario, te cuento que no sé como me siento. Me siento feliz por cosas que han sucedido recientemente y me siento triste por situaciones que tenido en la semana y que no he podido superar. Te cuento que, en realidad, me siento feliz. En sí, feliz no es la palabra correcta pero es la única que se me ocurre ahora.

Hoy me siento feliz porque terminé de ver 500 days of Summer. El SoundTrack de la película me encantó y en general, la película me gustó. Estoy feliz también porque, finalmente alguien reconoció que tengo buena ortografía. Es algo que me llena de satisfacción y que me impulsa a seguir adelante.

También te cuento que en la universidad me ha ido bien, no tan bien como yo quisiera pero es mejor que nada. Hay materias en las cuales he tenido buen desempeño. Hay una, en donde me siento sabe-lo-todo porque siempre sé la respuesta a todas las preguntas que se hacen en clase y además, todos los ejercicios me quedan bien. Hay otra materia en la cual, siempre participo. En esta materia, siento que todos me tienen alguna clase de respeto porque, según me han dicho, estudio algo muy difícil y también porque soy el que más semestres lleva en la universidad. De cierta manera me siento bien porque es algo que no había sentido antes, el hecho de ser admirado por alguien más.

Te quiero contar también qué es lo que me tiene mal. Hace unos meses (como dos, a decir verdad) recibí un correo de alguien que pensé, no volvería a ver jamás. Intercambiamos un par de palabras y decidimos encontrarnos en la cafetería de la universidad para conocernos y charlar un poco. Ese día, a eso de las tres de la tarde, nos encontramos. Yo estaba ahí, en la cafetería mirando para todos lados. Ella me vio y vino hacia mí, supongo que me reconoció fácilmente; yo también la reconocí porque sabía que venía a donde yo me encontraba. Nos presentamos y comenzamos a charlar. A la mitad de la conversación, le pedí que me acompañara a mi casillero a recoger mi chaqueta porque me estaba muriendo del frío. Luego de eso, volvimos a la mesa donde estábamos antes y seguimos conversando. A final, al despedirnos, traté de pedirle su número de celular pero no pude porque me dijo que nos siguiéramos comunicando por el correo. No me pareció mala idea ya que ese era el único canal de comunicación que teníamos y además que es una persona muy reservada. Al llegar a mi casa más tarde ese día, le volví a escribir. Le comenté que me había gustado su compañía y que esperaba que nos volviéramos a ver pronto. Ya ha pasado casi una semana y no he recibido respuesta por parte de ella. No sé que fue lo que hice mal o si algo le molestó pero me siento mal porque pensé que podríamos llegar a ser buenos amigos.

A veces, me pregunto por qué me es tan difícil tener pareja, alguien a mi lado; alguien que esté conmigo y con quien pueda pasar un tiempo agradable; alguien a quien yo pueda ayudar y que sepa lo importante que es para mí. Quizá sea cuestión de tiempo, o lo que llaman el destino, no lo sé. Muchas veces me pongo a pensar acerca del tema y pienso que, de pronto, este no es el tiempo correcto pero si no es ahora, ¿entonces cuando?

Creo que hora de dejar esto hasta acá. Estoy que me muero del hambre, además mañana será sábado y quizá me despierte a medio día para luego arrepentirme por haber dormido tanto y no estudiar. Espero escribir más a menudo y retomar de nuevo el hábito de publicar cosas que a nadie le interesan.

sábado, 1 de febrero de 2014

1 de febrero de 2014

Querido diario, luego de mucho tiempo decidí volver a escribir acá. Hace mucho tiempo no lo hago y quisiera retomar la costumbre de publicar lo que me pasa día a día. No sé si la gente lo lee o si le interese pero es algo que me gusta hacer para expresar lo que llevo por dentro. Tengo pensado abrir otro Blog en Tumblr pero aún no lo he decidido.

No sé si mi vida a cambiado. Me siento feliz con lo que soy ahora, tengo un semblante diferente al que tenía el año pasado pero todavía sigo haciendo las mismas cosas. Te cuento que mucha gente por estos días me ha elogiado por la forma en como me veo y por la nueva actitud con la que he decidido afrontar la vida, cosa que me pone muy contento.

Tenía una hoja donde estaban anotados los nombres reales de cada persona y su correspondiente en este Blog pero no sé donde está. En fin, te cuento que había una persona (sobre la que creo, ya había escrito por acá) muy especial para mí. El semestre pasado pasábamos muchas horas juntos, éramos como uña y mugre. Llegaron las vacaciones y dicha persona me dejó de hablar; no me contestaba los mensajes y siempre me evadía las llamadas. A finales del mes anterior me contactó y me propuso que nos reuniéramos, cosa que a mí me puso muy contento. Esta es la hora que no sé que será de su vida porque el día de la reunión nunca llegó.

Por otra parte, tengo muchas cosas encima. Ya comencé con mis materias este semestre. Todas están muy chéveres, son todo lo que me gusta de la electrónica. Me asusta pensar que este semestre será muy exigente y que podré dormir muy poco.

También te quería contar que hace poco, o más bien hace un mes y unos días, me llegó al correo unas palabras que me llenaron mucho de felicidad. Eran de una persona que había conocido por medio de Twitter y que decidió volver a contactarse conmigo. Te digo que fue emocionante porque su perfil era anónimo y lo único que sabía era que estudiaba ingeniería civil en la misma universidad que estudio yo; no sabía ni su nombre ni nada. Me alegró mucho volver a saber de ella porque me podía identificar plenamente con lo que escribía ella. Tenemos pensado ir a tomar un café en estos días.

Creo que esto es todo por hoy, dejaré esto por acá. Mañana espero volver a escribir y no dejar esto en el olvido.