martes, 19 de julio de 2016

18 de julio de 2016

Querido diario, ¿cuánto tiempo sin escribirnos? Había quedado de organizar ese desorden de la entrada anterior pero a la final no lo hice. Ahora quiero escribir algo porque desde esa última vez han sucedido muchas cosas pero se me quitaron las ganas porque no habría continuidad. Pero bueno, qué carajos; quizás después saque el tiempo para escribir la vieja/nueva entrada.

Quiero contarte que durante todo este tiempo no he estado tan mal de ánimo. De hecho, he estado más que bien. No recuerdo qué más te había contado en las entradas anteriores. Podría leerlas pero no lo haré porque no quiero perder el impulso. El caso es que todo podría resumirse en que me dejé de hablar con Natalia*, en que ya no paso la misma cantidad de tiempo con Laura* y que todo ese tiempo que pasaba con ella, ahora lo estoy pasando con Lina*.

Con Natalia* la historia ya la conoces. Dejé de hablar con ella por una bobada, porque ella se molestó conmigo porque seguramente no me supe expresar muy bien y ella confundió eso que yo le escribí. En fin, hace unas semanas me la encontré en la universidad y me pareció que tenía una actitud normal, no es como si siguiera brava por el malentendido. Igualmente, me la he encontrado en el bus pero en esos momentos siento que me evita; no sé si es porque voy con más personas o a causa del malentendido. En todo caso, no quiero dejarla ir. Me niego a renunciar a ella y por esa razón fue que hoy, precisamente hoy, le escribí. Me dí cuenta que había cambiado la foto de perfil de Whatsapp y tomé eso como pretexto para expresarle lo linda que se ve en la foto. Luego de un poco de carreta, le sugerí que tomáramos una materia juntos el siguiente semestre. Si no me da pereza, te estaré contando en qué quedamos.

Respecto a Laura* y a Lina*, la historia ha cambiado mucho. Ya casi no me veo con Laura* en la universidad, son muy pocos los instantes que ahora comparto con ella. Estudiamos sólo cuando es estríctamente necesario y ya no perdemos tiempo molestando en la universidad. Me ha contado que le ha ido muy bien. Sé que sacó 5.0 en el último parcial y lleva la materia como en 4.3, que es más alto de lo que yo la llevaba el semestre pasado. Me alegra mucho por ella por que le esté yendo así de bien y me enorgullece que tenga esas notas. 

Y bueno, te estarás preguntando: ¿en qué estoy invirtiendo todo ese tiempo que pasaba con Laura*? Exactamente, estás en lo cierto, ahora todo ese tiempo lo estoy pasando con Lina*. Últimamente nos hemos vuelto muy cercanos, más de lo permitido, supondría yo. Todos los días espero a que salga de clase; a veces nos quedamos estudiando y otras veces nos vamos directamente para la casa. Siempre tomamos el mismo bus e incluso nos bajamos en la misma estación porque los dos vivimos como a 20mins el uno del otro. Hoy, los dos, fuimos a ver Los Ilusionistas 2 y hace unos días también habíamos ido a ver Día de la Independencia con una amiga de nosotros. De hecho, ese día no solo fuimos a ver película sino que también fuimos a bailar los tres. También he ido con ella a comprar varios materiales para mis proyectos, no sólo porque la familia tiene un local en esa área sino porque a ella también le interesan esos proyectos que estoy haciendo. 

El único problema de todo esto es que creo que nos estamos acercando más de lo permitido. Ella ya tiene novio, lleva con el man como dos años. Sabía que habían terminado pero hace como mes y medio volvieron y no me gustaría tirarme esa relación que tienen ellos dos pero aún así no voy a negar que Lina* me gusta mucho. Ella es muy inteligente, siempre coge a la primera todo lo que le explico y las dos materias que está viendo en intersemestral las lleva súper altas. Además, se preocupa mucho por mí y por cómo me estoy sintiendo y además, tiene una sonrisa y unos ojos que me matan. Y como te contaba, el problema es que nos estamos acercando demasiado; conocemos muchas cosas del otro y no sé cómo sentirme al respecto. Además, qué clase de descarado sin corazón soy yo. Unas líneas arriba te había escrito que no pienso darme por vencido con Natalia* y ahora te cuento que no puedo sacarme de la cabeza a Lina*. Sé que quiero ponerme serio con solo una persona pero no sé, me siento confundido, no sé cómo sacarme a las tres de la cabeza.