sábado, 23 de diciembre de 2017

22 de diciembre 2017

Querido diario, no sé cómo empezar a contarte lo que ha sucedido en estos días.

Te cuento que mi papá me preguntó acerca de las notas y le dije mentiras. No le conté que había perdido una materia sino que le dije que había pasado todo. Algo que me pareció curioso es que no me pidió que le mostrara las notas en el sistema sino que simplemente quedó satisfecho con la respuesta que le di. Quizás sí sepa que le dije mentiras. Si lo sabe, no sé cómo lo hace. Quizás sepa leerme muy bien. El caso es que me retumba en la conciencia porque me había prometido a mí mismo no volver a decir mentiras y menos a mis papás. De pronto le diga más adelante, pero ahora no. No quiero que se decepcione más de mí.

Te cuento también que hace poco me corté el cabello. Mi papá, antes de la comida, se me acercó y me dijo que él me apoyaba en todo y que respetaba mis decisiones pero que me recomendaba cambiar de corte. Lo decía porque ese mismo día capturaron a unos ladrones y esos ladrones tenían mi mismo corte de cabello. Cuando me dijo eso me sentí un poco ofendido y se me quitó el apetito. No sé qué quería insinuarme; si me veo como un ñero o qué aunque no creo. Cuando me peino bien, el cabello se me ve espectacular y me gusta como me veo, me siento bastante bien conmigo mismo. Si no me peino, sí me veo mal pero tampoco tan mal como para que me compare con un malandro.

Creo que nunca había escrito tanto sobre mi papá...

Cambiando de tema, te cuento también que descargué varias aplicaciones para el cel para manejar el Blog. La aplicación de Blogger de Google es una basura. Quizás con las nuevas aplicaciones pueda publicar más. O quizás termine pasándome a WordPress.

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