lunes, 30 de mayo de 2016

30 de mayo de 2016

Querido diario, ando estresado, muy estresado. Quiero contarte que ya ando de nuevo en la capital pero desearía no haber vuelto porque al frente de mi casa están haciendo protestas. En estos días, el gobierno local puso en venta un empresa de telecomunicaciones y como te podrás imaginar, la gente está alborotada. Llevan así ya como dos semanas. Siempre llegan muy de mañana y se van casi a la medianoche, bloquean las calles y aparte de todo eso, dejan todo muy sucio. El tema este ya me tiene desesperado porque no sé cuándo va a terminar esto.

Continuando con la rutina normal, te cuento que el día de hoy estuvo bueno. Puro por la mañana tuve que alistar la maleta porque salíamos de viaje y aún no tenía unas cosas listas. Ya cuando todo estuvo listo, mi papá me dijo que manejara desde el pueblo hasta la capital. Fue chévere; ya lo había hecho varias veces pero en esta ocasión me gustó porque no me dio sueño y además porque estoy tratando de aprender a frenar con la caja. Mi papá dice que eso de frenar con la caja es para utilizar los cambios en vez del freno, como para que no se desgasten mucho... Pero bueno, en fin, ya cuando entré a la ciudad fue más complicado porque hay que estar pendiente de todo, pero tampoco es tan complicado, sólo mientras uno le coge la práctica. Después acompañé a mi mamá a comprar unos materiales para sus manualidades mientras mi papá y mi hermana compraban otro poco de cosas. Un poco más tarde, nos volvimos a reunir para almorzar y ver una película. Vimos Alicia a través del Espejo, y pues sí, muy chévere; muy buenos efectos, para qué, y el 3D también se veía muy bien.

Y sí, eso fue todo. Ya, para mañana, tengo que ir a la universidad a pedir el recibo de pago del intersemestral porque aún no ha salido y mañana es la única fecha de pago. Quizás es porque tengo una multa con la biblioteca y no estoy a paz-y-salvo. Quién sabe, ojalá que no.

Ah, y se me olvidaba comentarte. Natalia* sigue sin escribirme. Ya va como una semana desde que no hablamos y me da mal genio conmigo mismo porque me siento en la etapa de la resignación. Siento como si no me importara si se va o se queda. Supongo que a ella tampoco le importa... Tengo pensado escribirle mañana porque ahorita ya está muy tarde pero igual, no sé qué escribirle. Cualquier cosa, yo te cuento lo que pase. Chaitos, hasta una próxima oportunidad.

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