domingo, 10 de febrero de 2013

10 de febrero de 2013

Querido diario, te cuento que el día no estuvo tan malo, solo que no hay mucho que contar. Hoy, como tenía pensado, me levanté temprano y fui a la iglesia. Allí me encontré con mis primos y compañeros que hacen parte del grupo de jóvenes. Como te digo, no hay mucho que contar porque apenas salimos de la iglesia me fui con ellos a almorzar. Luego de esto nos fuimos a comprar unos útiles escolares que necesitaba un conocido de la familia de mis primos.

El día de hoy se resume a tomar una rutina distinta porque todos los domingos es lo mismo. Siempre voy a la  iglesia, luego de esto paso tiempo con los primos y finalmente me voy para mí casa. Quisiera que todos los domingos por la tarde hubiera un plan diferente y con personas diferentes.

Empiezo a creer que toda esta rutina y la falta de acción en ella es mi culpa. Nunca me he preocupado por crear una buena amistad ni por ser un buen amigo. A pesar de que en la U soy una persona muy amable y cordial que le ayuda a los demás cada vez que puede, no he hecho lo suficiente por cultivar amistades sino que todo lo veo como si fuera algo parecido a una cadena de favores. No soy materialista ni elitista ni nada de eso, solo que antes de interactuar con alguien pienso en la forma como esta persona influirá en mi vida. Por esta misma razón conozco muchísima gente y tengo muchos contactos pero no conozco a alguien al cual catalogar como amigo.

Ahora que no tengo más que contar, creo que me iré a dormir. Espero aprovechar mi tiempo mañana y poder hacer algo para mejorar mi situación social y emocional. Espero poder crear mejores lazos de amistad y fraternidad. Así mismo espero poder tener alguna excusa o pretexto para hablar con Camila* porque lo que siento en mi corazón, me está matando. Quisiera decirle lo que siento pero hay algo que me dice que todavía es muy pronto y que no es el momento. A pesar de que nunca he aparentado con Camila* ni le he dicho mentiras, no quiero que ella me vea como alguien intenso o desesperado.

Me despido porque ya se me acabó la chachara y la inspiración. Espero tener la bendición de Dios para mañana.

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